América Latina y el Caribe Crecerán 2,5% en 2025, según Banco Mundial

Los delegados toman asiento para comenzar la sesión plenaria del Comité de Desarrollo durante las Reuniones de Primavera 2025 del FMI y el Banco Mundial, en Washington D.C., Estados Unidos, el 24 de abril de 2025. REUTERS/Ken Cedeno.
Los delegados toman asiento para comenzar la sesión plenaria del Comité de Desarrollo durante las Reuniones de Primavera 2025 del FMI y el Banco Mundial, en Washington D.C., Estados Unidos, el 24 de abril de 2025. REUTERS/Ken Cedeno.
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América Latina y el Caribe proyectan un crecimiento del 2,5% para el 2025, gracias principalmente a la recuperación de Argentina y el dinamismo en el sector minero. Esta información proviene de un informe del Banco Mundial que destaca que este crecimiento superaría el 2,2% registrado en 2024. Además, se espera que para 2026, la región también muestre un incremento con una tasa de expansión del 2,6%.

La parte más notable del crecimiento, según los analistas, vendrá de Argentina. Tras experimentar dos años de recesión económica, el país prevé un repunte significativo del 5% en 2025 y del 4,7% en 2026, motivado por avances en sectores clave como la agricultura y la minería, además de un marco macroeconómico más estable.

En Perú, se anticipa un crecimiento también del 2,5% tanto en 2025 como en 2026, impulsado principalmente por inversiones mineras y de infraestructura. Sin embargo, el consumo será moderado en comparación a años previos. Las proyecciones indican que el consumo público aumentará a un ritmo más lento, impactando la tendencia de crecimiento.

Brasil, la mayor economía de la región, enfrenta una desaceleración, con crecimientos previstos de 2,2% para 2025 y 2026, bajando del 3,2% en 2024. A pesar de un consumo privado fuerte, se espera que las políticas monetarias y fiscales restrictivas limiten el dinamismo económico del país, lo que representa un desafío considerable.

En México, el crecimiento será más modesto, proyectándose en apenas un 1,5% en el bienio 2025-2026. La combinación de consolidación fiscal y una política monetaria estricta hace que la situación económica sea complicada, además de que la inflación está propensa a permanecer alta.

Por su parte, Colombia proyecta un crecimiento del 3% durante 2025 y 2026, respaldado por una recuperación del consumo privado, aunque la situación fiscal podría dificultar este crecimiento. Chile debería mantenerse en un crecimiento más controlado, con un 2,2% favorecido por la exportación de materias primas. En el Caribe, la economía podría crecer un sorprendente 4,9% en 2025, gracias al auge petrolero en Guyana. Si se excluye a Guyana, el crecimiento en la región se situaría alrededor del 3,8%. Mientras la República Dominicana crecería por encima del 4%, Haití se encuentra en una situación crítica sin mucha estabilidad. Centroamérica mira hacia un crecimiento del 3,5% en los próximos dos años, impulsada por el consumo interno, aunque cada país tiene su propia dinámica.

Las condiciones inflacionarias están variando, pero, en general, tienden a alinearse con las expectativas de los bancos centrales. Sin embargo, hay señales de alerta. Las condiciones financieras globales pueden endurecerse, incrementando los costos del servicio de deuda, lo que podría obligar a una consolidación fiscal más estricta. También existe la amenaza del cambio climático, que podría desestabilizar sectores vitales en el Cono Sur en caso de fenómenos extreme como sequías. Finalmente, a largo plazo, la región enfrenta un crecimiento potencial a la baja, marcado por problemas como la baja productividad y una fuerza laboral envejecida. A pesar de las señales de recuperación, el futuro de América Latina y el Caribe dependerá de factores internos y externos que, en conjunto, pueden determinar el camino hacia un crecimiento sostenible y sólido.

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